lunes, 30 de diciembre de 2013

Bye bye, Groningen

Se acaba el año y no puedo remediar acordarme de que hoy mismo el año pasado estaba en una pequeña ciudad al norte de Holanda llamada Groningen viviendo el año universitario de mi vida. Estudiar cine fuera de España es lo mejor que me ha pasado nunca en lo que se refiere a mi carrera. Dicha ciudad es simplemente mágica, su gente (de todas partes del mundo), su cultura, su educación,... Me siento muy afortunada de haber podido viajar allí y haber aprendido tanto, tantísimo. 
De todas formas, la beca Erasmus me ha dado cosas buenísimas y horribles. Ha sido el peor y el mejor año de mi vida, a partes iguales. He perdido muchísimas cosas, casi todas las que consideraba importantes en mi vida. Y a lo largo de mi estancia allí y sobre todo al volver, me doy cuenta de que le importo a más bien cinco personas. Vuelvo sola, sin poder licenciarme, pero tampoco ser universitaria porque las matrículas tienen unos precios inimaginables para ser una universidad pública. Sin trabajo, porque estoy en la España de hace 40 años y con poco que hacer. 
Empiezo a llenar mi tiempo de lo que realmente he querido siempre: teatro. 
Las clases de musical son maravillosas, conozco a gente excepcional y sobre todo que comparte mis intereses e incluso mis sueños. Comienzo a hacer casting y resulta que los voy consiguiendo todos (suerte la mía, la verdad). Y sin darme cuenta me voy acostumbrando a volver a España. Agobiada y decepcionada, por todo lo anterior y porque Groningen no se puede comparar con ninguna ciudad de España, ni siquiera Madrid, ni Barcelona. 
Mi voz empieza a calentarse de nuevo y a salir como nunca había salido, me va cambiando el cuerpo debido al baile y vuelvo a estar entrenada en creación de personajes e improvisación. 
Me embarco en mis dos primeros proyectos teatrales del año: Los chicos de la barricada y Los Monólogos de la vagina. Dos sueños hechos realidad. Interpretar a Éponine era algo que veía lejos, que a lo mejor sucedía o a lo mejor no. Y tener un monólogo en la obra Eva Ensler es más que un honor para mí. 
Siempre he creído que el artista tiene deberes para con la sociedad. Mil veces ha pasado que ves una película y, a veces de forma radical, a veces en pequeñas dosis, cambian tus ideales por completo. Te remueven, te hacen pensar. Pues bien, yo creo que el cine y el teatro de evasión es maravilloso y también te hace crecer como actriz, pero creo que es importante llevar a cabo obras como Los Monólogos de la Vagina. Una obra que se resume en un grito de guerra de la mujer. Esa dominación patriarcal a la que estamos sometidas día a día en todo y en especial en lo que se refiere a nuestra imagen y nuestra sexualidad. 
Los monólogos de la vagina es simplemente un regalo para cualquier actriz. Una obra que investiga en terrenos en los que la gente no quiere entrar y que remueve conciencias. 
No puedo sentirme más afortunada de formar parte en estos dos proyectos. 
Y por si fuera poco, yo, que siempre he soñado con hacer musicales también, este año participo en mi primer musical con la escuela Acting. En el que empiezo a trabajar, por cierto, hoy mismo. 
A esto se le añade una cuarta obra que es otro de mis papeles más deseados. Mi director preferido es Fellini y adoro con toda mi alma a Giulietta Masina. Una de mis películas preferidas de este combo perfecto es Las noches de Cabiria. Bueno, pues a partir de enero también trabajaré en la adaptación al teatro de dicha película, en nada más y nada menos que el papel de Cabiria. 
Teatralmente se avecina un gran año, independientemente de lo inestable que esté todo lo demás. 
Y aunque esté emocionalmente destrozada, tengo que mirar lo positivo de este año. He vivido sola, con otro idioma, trabajando en dos curros y estudiando en la universidad y he aprobado todo con nota. He viajado, montado en bici, conocido gente, gritado, llorado, cantado en mitad de una plaza, bailado, reído, etc. 
Me han decepcionado y he conseguido odiar con toda mi alma a alguien que ha tenido como objetivo hacerme daño durante todo el año,... me he quedado prácticamente sola. Y aún así, sin fuerzas, sin ayuda de nadie, me he levantado cada día, he conseguido los castings sola y estoy trabajando como actriz por primera vez. Nadie ha preguntado, nadie ha dicho nada que no fuera para su propio beneficio, nadie se ha preocupado y aún así sigo luchando. 
Solo puedo agradecer a quienes están y desechar a los que no importo. Mirar hacia adelante y sonreír porque, esté como esté, por fin soy actriz. Algo que llevo queriendo desde los 4 años. Desde que supe lo que era. 

Elena Anaya en una entrevista dijo una vez que el camino del actor es muy solitario, que eso a veces te hace daño y te puede llegar a destruir. Yo en su momento no lo entendía, no se me ocurría por qué el camino del actor podía ser solitario. Cada día lo entiendo mejor. 


Espero que paséis un año genial y que sigáis siendo vosotros mismos. Porque a pesar de todos los obstáculos, es la mayor satisfacción que se puede tener de uno mismo. Ser fiel a tus principios. 

Feliz año nuevo. 


miércoles, 18 de diciembre de 2013

A veces las cosas pasan. Simplemente


Yo soy yo
Tú eres tú.
Yo no estoy en este mundo para cumplir tus expectativas
Tú no estás en este mundo para cumplir las mías.
Tú eres tú
Yo soy yo.
Si en algún momento o en algún punto nos encontramos
será maravilloso
si no, no puede remediarse.
Falto de amor a mí mismo
cuando en el intento de complacerte me traiciono.
Falto de amor a ti
cuando intento que seas como yo quiero
en vez de aceptarte como realmente eres.
Tú eres tú y yo soy yo.