jueves, 7 de marzo de 2013

Las diez mejor vestidas de los Oscar 2013

Realmente me ha costado encontrar diez mujeres que me sorprendiesen para bien en la última gala de los Oscar. De hecho, algunas de las que han pasado a estar dentro de esta lista realmente llevaban vestidos tan sencillos que me costaría mucho etiquetarlos bajo el nombre de Alta Costura. No es que Alta Costura sea sinónimo de pomposidad (Dios me libre de decir tal barbarie), pero es cierto que, cuando tu vestido podría estar perfectamente colgado en uno de los percheros de H&M o de Zara, no merece estar en la categoría de Arte y, por lo tanto, no debe recibir el nombre de Alta Costura. Por ejemplo, el vestido de Helen Hunt no desentonaba en la alfombra roja y, sin embargo, en este caso sí se trataba de un vestido de la cadena sueca H&M. No, no he seleccionado a la actriz entre una de las mejor vestidas de la gala, pero hay que reconocer que su elección no fue mala, o quizá fueron las decisiones del resto las que hicieron que el vestido no quedase mal entre los otros.

De primeras, el vestido que más me gustó fue el de Charlize Theron: blanco impoluto, dividido en dos partes (características que compartía con el que llevó Anne Hathaway en los Globos de Oro) y terminado en cola, con una caída muy bonita. Además, combinado con la corta melena rubia de la actriz, fue todo un acierto. El vestido, de seda, era de Raf Simmons para Christian Dior y las joyas, de Harry Winston. Theron es de las pocas actrices que, en mi opinión, ejercen sobre la alfombra roja el peso de las divas de los años de oro de Hollywood.



También blanco era el vestido de Kelley Phleger, aunque, en vez de ser liso como el de Theron, estaba hecho enteramente de bordados. De manga muy corta e increíblemente ajustado, resultaba más que favorecedor.

De claro, aunque no de blanco, apareció Amanda Seyfried, con un espectacular diseño de Alexander McQueen. Increíblemente elegante, lleno de encajes y transparencias, de cola. La actriz estaba guapísima, como siempre. Eso sí que es Alta Costura.



Samantha Barks, también actriz de Los Miserables, escogió un vestido mucho más sencillo (quizá demasiado). El diseño, de Valentino, destacaba principalmente por su escote en V pronunciadísimo. La actriz completó su look con un colgante de oro en forma de sol y un recogido sencillo, semi-despeinado. A pesar de que la elección fue muy simple, el resultado fue elegante y favorecedor.



Salma Hayek apareció en la gala con un vestido de Alexander McQueen que me recordó mucho a los que llevaron Nicole Kidman y Kate Hudson en la última edición de los Globos de Oro. De terciopelo oscuro y con la parte del cuello dorada, quizá demasiado ajustado; aunque la actriz estaba muy elegante, con un moño alto tirante que le sentaba de miedo. Completó su look con un clutch también dorado.

El negro fue uno de los colores de la noche, sin duda. No es mala elección, teniendo en cuenta lo atractivo que suele resultar.
También fue la elección de Sandra Bullock, que nos sorprendió con un vestido de encaje y transparencias firmado por Elie Saab. Sin duda alguna, fue uno de los grandes aciertos de la noche, no sólo por el diseño en sí, sino por cómo le quedaba. La actriz completó el look con una melena muy lisa y joyas de diamantes de Harry Winston.



También de encaje negro llegó Rebecca Miller, que en los Globos de Oro destacó más bien por ir mal vestida (vestido corto y botas altas). Esta vez acertó, con un vestido ajustado de encaje, de escote cuadrado y manga francesa.

Adele, fiel al negro, subió a recoger el Oscar por la Mejor Canción Original (Skyfall) con un vestido largo de Jenny Packham, de manga francesa, brillante y muy elegante. La cantante, en vez de llevar el moño típico al que nos tiene acostumbrados, optó por un recogido que dejaba parte de su melena rubia suelta. La verdad es que estaba realmente guapa.

Pero la elegancia personificada (algo parecido a lo que ocurrió con Ángela Molina en los Goya) llegó con Emanuelle Riva. Estaba nominada a Mejor Actriz Protagonista por Amour. Apareció con un vestido-túnica azul de Lanvin, muy elegante y sencillo, del estilo del de Julianne Moore en los Globos de Oro. La naturalidad y la sencillez supusieron un acierto para asistir a la gala.

La actriz sueca (increíblemente mona) Alicia Vikander, que acaba de estrenar Ana Karenina, llevaba un vestido azul claro de encajes brillantes con un cinturón fino metálico, de Elie Saab Alta Costura. El diseñador firmaba algunos de los vestidos más destacables de la noche.



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